Antes de subir al summit para ver amanecer en el Haleakala, debes saber toda la verdad: Faltaban 3 semanas para Navidad y 3 días para irnos de Maui…
Un segundo. Antes del culebrón, voy a ponerte en contexto.
El parque nacional del Haleakala
No se trata de un único volcán, sino de un conjunto de ellos. Eso sí, todos extintos.
Ocupa una extensión enorme formada por dos distritos:
- Kipahulu District, que engloba a las piscinas naturales de Ohoe y el Pipiwai Trail, en el extremo más alejado del Road to Hana.
- Summit Disctrict, según dicen, el lugar ideal para ser testigos del verdadero despertar de Maui… y donde ocurrieron los hechos que voy a contarte.
El billete de entrada al parque te da acceso a ambas zonas y tiene una duración de 3 días, sin límite de visitas. Así que recuerda guardar el ticket de compra.
Ver el amanecer desde la cima del Haleakala se ha convertido en uno de los imprescindibles de Maui.
Tanto es así, que, desde el 1 de febrero del 2017, han puesto en marcha un método de reservas online para visitar el distrito summit entre las 3.00 y las 7.00 de la mañana.
- Cada permiso cuesta 1,5$ por vehículo.
- Este precio no incluye la entrada al parque, que debe pagarse en la puerta.
- Puedes reservar con hasta 60 días de antelación.
- Existen 150 plazas disponibles, divididas entre 4 zonas: Pu`u Ula ula o Red Hill summit (3050 m), Haleakala Visitor Center (2970 m), Kalahaku Overlook (2840 m) y Leleiwi Overlook (2690ft).
- El lugar exacto de aparcamiento es por orden de llegada, no está indicado en el pase.
Si quieres entrar al parque después de las 7.00, no es necesario que realices ninguna reserva.
Amanecer en el Haleakala, toma 1
La jornada ya empezó a torcerse el día anterior…
A finales del 2016, aún no existía la plataforma de reservas.
Simplemente, se aplicaba la táctica de: ¡Tonto el último!
Así que, la noche previa, dejamos agua, desayuno y almuerzo listos para llevar, y nos acostamos temprano. Sabíamos que el camino desde Wailea hasta el summit del Haleakala sería largo y, el madrugón, doloroso.
Sin embargo, hubo imprevistos con los que no habíamos contado…
La primera, en la frente
Los nuevos inquilinos del apartamento contiguo al nuestro llegaron a media noche, muy excitados, hablando a voces entre ellos, dando golpes con las maletas, los armarios, abriendo el grifo como si no hubiese sequía en aquella parte del globo… Te haces una idea. Eran las 12 de la noche…
A las 3 de la mañana sonó la alarma. Con todo el dolor de mi corazón (bueno, no tanto, porque sabía que el ruido despertaría un poco a mis ‘queridos’ nuevos vecinos), me levanté a darme una ducha.
Menos mal que no me lavé la cabeza… Ahora entenderás porqué lo digo, pero no nos adelantemos a los acontecimientos.
Tal y como aconsejaban, me vestí con todas las capas de ropa posibles:
3 pantalones (uno sobre otro), camiseta de manga corta, camiseta de manga larga, jersey, polar, chubasquero, dos pares de calcetines, pareo a modo de bufanda… Más algunas toallas de playa y un edredón extra en el maletero, por si las moscas.
Como habíamos leído que había una camioneta que vendía café recién hecho en la carretera que sube al parque, no preparamos ninguna bebida caliente. ¡Error! No nos encontramos con ningún puesto de café. Y en el parque no venden nada de comida o bebida.
Ya me estoy adelantando otra vez…
Camino al summit
A las 3.30 de la mañana pusimos rumbo al parque nacional. Nos esperaban 1,5 horas de ruta hasta llegar a nuestro destino.
Conforme avanzábamos por la carretera que sube en zigzag hasta la puerta de entrada, la temperatura empezó a bajar… y el aire acondicionado del coche no arrancó.
- Momentos de pánico.
- Todos los cristales empañados.
- No veíamos tres en un burro.
- Detuvimos el vehículo en el arcén.
- Intentamos por todos los medios.
- ¡Trata de arrancarlo, Carlos! Digo… ¡Nahuai!
- Nada
Al final, tuvimos que subir al Haleakala con las ventanas medio abiertas.
Vaya frío pasamos. Y la cosa no había hecho más que empezar…
Aparcando en el Haleakala
Una vez pagado el ticket de entrada al parque (por segunda vez, pero esto ya lo contaré otro día, que si no me eternizo), aún quedaban 30 minutos de carretera hasta el summit.
La velocidad límite es de 50 km/h, para respetar la fauna que habita en esta zona y evitar accidentes. Nosotros íbamos a 25 km/h o menos porque la niebla no nos permitía ver nada a dos palmos de nuestras narices.
Dicen que el camino es muy bonito allí arriba. Por desgracia, yo no te lo puedo confirmar, aunque me lo creo.
Pasamos varias zonas de aparcamiento. Sin embargo, ya sabíamos que los que merecían la pena de verdad para ver el amanecer eran los dos últimos: Red Hill y el centro de visitantes.
Por supuesto, éstas también son las zonas donde se acumula mayor cantidad de turistas. Y como nosotros siempre intentamos huir de las multitudes, buscamos una alternativa menos conocida. Pero vayamos por partes.
Aparcamos en el centro de visitantes del Haleakala a las 5.00 de la mañana.
Una tormenta de agua y viento ponía el broche de oro a la niebla densa que cubría todo a nuestro alrededor.
A causa del frío, el nivel de gasolina disminuye más de lo normal. Este efecto se reduce cuando regresas a cotas bajas. En cualquier caso, si no quieres llevarte sustos, asegúrate de tener el depósito bastante lleno.
Cuando salimos del vehículo para ir al baño, casi morimos congelados. Bueno, puede que esté exagerando, pero sólo a medias, no te creas.
Había un grupo de personas junto a un guía montando guardia en el mirador mejor orientado del parking. Faltaba más de una hora para que saliera el sol y lo poco que pude entender de su lenguaje corporal es que aquel era el último lugar donde deseaban estar.
Volvimos al coche, nos tapamos con el edredón y tiritamos durante media hora.
A las 5.30 decidimos poner rumbo a nuestro destino: el mirador al final del Pa Ka’oao Trail.
Pa Ka’oao Trail
Este corto sendero de unos 300 metros se recorre en menos de 5 minutos.
Tardamos 10 porque no veíamos más allá de nuestros pies, y luchábamos contra el viento y la lluvia mientras avanzábamos.
Cuando llegamos al mirador, comprobamos que éramos los primeros.
Faltaban 50 minutos para el amanecer.
Colocamos el trípode en lo que suponíamos era el mejor sitio.
Intentamos protegernos de la tormenta, sin demasiado éxito.
¿Amanecer en el Haleakala?
15 minutos antes de la hora prevista para que saliera el sol, llegaron algunos turistas más.
Tomamos posiciones junto al trípode, que se había caído un par de veces a causa del viento.
- La cámara de fotos se empañó.
- La de video se mojaba cada vez que la sacaba.
- Los dedos se nos congelaron.
- La niebla no se disipó.
Cada vez había más luminosidad, pero allí nunca salió el sol.
Así que:
No vimos amanecer. No vimos los volcanes. No vimos nada.
Esta fue la cara que se nos quedó…
El trekking frustrado
Volvimos al coche con el rabo entre las piernas.
Nos cubrimos con el edredón, encendimos la calefacción y desayunamos un poco. ¡Cómo echamos en falta el café o té calentito!
Esperamos casi una hora dentro del vehículo. La niebla seguía donde estaba.
Habíamos planeado recorrer la primera parte del Keonehe’ehe’e Trail (también conocido como Sliding Sands, arenas movedizas) y llegar hasta el volcán Ka Lu’u oka O’o. Sin embargo, en el centro de visitantes nos dijeron que no había previsiones de que el temporal aminorase durante el día, y nos desaconsejaron recorrer ningún sendero en aquellas condiciones.
Cabizbajos, pusimos rumbo a casa.
Después de la lluvia, siempre sale el sol
Hasta que no salimos del parque, no se disipó la niebla.
Y, ¿qué pasa en Hawaii cuando para de llover?
El arcoíris.
Un arcoíris tan perfecto que casi cerraba el círculo ante nuestros ojos.
Volvimos a casa y disfrutamos de un té caliente. Y luego un café americano bien humeante.
Y, para compensar la pesadilla matutina, nos regalamos una jornada de playa y snorkel al sur de Maui.
También juramos no volver a intentarlo…
Amanecer en el Haleakala, toma 2
… pero nos pudieron las ganas.
O, mejor dicho, me pudieron las ganas. Tengo que reconocer que me costó un poco convencer a Nahuai. Sus manos fueron las que sufrieron peores síntomas de congelación (que conste, que no estoy de cachondeo).
Sin embargo, las previsiones meteorológicas eran mejores.
De los errores se aprende
Dos días después del primer intento frustrado:
- Añadimos dos pares de calcetines extras cada uno para usarlos a modo de guantes improvisados cuando estuviéramos en el summit del Haleakala.
- Nos preparamos un gran té caliente (ardiendo) y lo transportamos en un tupper dentro de una bolsa/nevera para la playa que había en nuestro apartamento.
- Encendimos el aire acondicionado del coche nada más salir de casa, para que fuese calentando y no se volviera loco cuando lo necesitáramos. Spoiler: ¡funcionó!
Vuelta al summit del Haleakala
Nos conocíamos el camino, el aire acondicionado funcionaba y no teníamos que volver a pagar entrada porque el ticket es válido 72 horas.
¿Qué podía salir mal?
A 15 minutos de llegar a la cima… la niebla volvió a cubrir hasta donde alcanzaba la vista.
¡¡Nooooo!!!
De nuevo, una tormenta de viento y agua nos dio la bienvenida, aunque de forma algo menos violenta que la vez anterior.
Lo hicimos todo igual. El mismo parking, la espera en el coche, el Pa Ka’oao Trail…
¿Y qué vimos?
Nada.
Por segunda vez, no amaneció sobre el Haleakala.
Pensamos:
Bueno, quizás el trekking largo sí lo podamos hacer hoy. El viento no es tan fuerte…
Cuando volvimos al aparcamiento, nos dimos cuenta de que toda la niebla estaba metida en el valle desde donde debía salir el sol. Sin embargo, justo a nuestra espalda, podíamos ver las montañas del oeste de Maui imponiéndose sobre las nubes.
No fue un amanecer, pero algo es algo.
Desayunamos “más o menos” caliente y esperamos casi una hora dentro del vehículo.
Volvimos a preguntar en el centro de visitantes y… nuestro gozo en un pozo.
No había previsiones de mejora. De nuevo, adiós a recorrer el Sliding Sands Trail hasta el volcán Ka Lu’u oka O’o.
Era nuestro último día en la isla. Así que no nos quedó más remedio que apuntarlo en nuestra lista de deseos para el próximo viaje (si es que consigo convencer a mi fotógrafo por tercera vez… ¡a ver cómo me las apaño!).
Al son de ‘Your Welcome’, de Moana, bajamos la montaña rumbo a nuestra última tarde de playa y snorkel en Maui.
Mis consejos
Qué llevar
- Abrígate todo lo que puedas y en capas.
- Asegúrate de tener el depósito del coche bastante lleno.
- Lleva todo el agua y comida que vayas a necesitar. Si tienes termo, mejor.
- Cálzate unas buenas botas de montaña si vas a hacer trekking.
¿Amanecer o atardecer en el Haleakala?
Yo no sabría decirte cuál será más hermoso, porque no conseguí ver ninguno de los dos.
Es cierto que el amanecer es el más popular, pero, al mismo tiempo:
- Te exige madrugar
- Requiere reservar por anticipado (desde febrero 2017).
- Está masificado.
Por cierto, si quieres estar seguro de que consigues plaza en los aparcamientos superiores, aunque tengas reserva online, te recomiendo madrugar y llegar con una hora de antelación, como mínimo.
El atardecer, según he leído, también merece la pena.
Sea como sea, lo más importante son las condiciones climáticas. Así que, asegúrate de comprobar la predicción antes de embarcarte en el viaje.
Bueno, yo lo hice y mira cómo me salió… ¡Ouch!
En cualquier caso, te dejo el link meteorológico aquí abajo.
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Links de utilidad
- Mapa de con los senderos de trekking en el Haleakala.
- Más información sobre cómo conseguir tu permiso de entrada de 3.00 a 7.00 am.
- Página de reservas oficial.
- Página de predicción meteorológica.
- Oferta de hoteles en Maui.
- Ofertas de vuelos internacionales a Hawaii: Trabber, eDreams y Momondo.
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Y si te sale igual de mal que a mí el intento de ver el amanecer en Haleakala, estoy segura de que alguna de estas otras maravillas de Maui sí te dejarán un buen sabor de boca:
- 7 días de ruta por Maui.
- Guía para organizar un viaje a Maui por tu cuenta.
- Las mejores playas de snorkeling al sur de Maui.
- Avistamiento de ballenas jorobadas junto a las costas de Maui.
- La descripción completa de nuestra experiencia en O’hoe Gulch y Pipiway Trail.
- 3 días y 2 noches descubriendo el Road to Hana.
¿Quieres conocer otra isla de Hawaii? Mi recomendación, échale un ojo a Kauai:
- 9 días de ruta por Kauai, paso a paso.
- Guía práctica para organizar un viaje a Kauai por tu cuenta.
- Waimea Canyon, el Gran Cañón del Pacífico.
- Kalalau Trail, el trekking más exigente de Kauai.
- Las playas más hermosas de Kauai: ¿qué te apetece hacer hoy?
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- Queen’s Bath, belleza prohibida en el jardín del Edén.
- Mahaulepu Trail, senderismo, templos y playas vírgenes en Kauai.
¿Tú sí has visto amanecer sobre el Haleakala? ¡Olé, olé! Cuéntamelo aquí abajo, con pelos y señales, por favor. ¿Es tan impresionante como me imagino?
Hola pareja, me ha encantado vuestro rocambolesca experiencia, es una putada que al final el tiempo no acompañase pero la experiencia seguro que merece la pena, al menos intentarlo. Quería preguntaros a que hora es el amanecer, ya que nosotros vamos en octubre (si el coronavirus nos lo permite) y vamos a dormir en Maui en fuego, así que dormiremos imagino cerca del parque para estar cerquita. ¿A que hora amanece y sobre que hora deberíamos de estar allí? un saludo y cuidaros.
¡Hola, Antonio! Muchas gracias. La experiencia al final es lo más importante. 🙂
La hora del amanecer es diferente cada día, cambia con las estaciones a lo largo del año, pero cualquier aplicación del tiempo que se precie te dirá a qué hora sale el sol, no te preocupes. Tendrás forma de averiguarlo cuando se acerque el momento.
Os recomiendo llegar aproximadamente con una hora de antelación si queréis elegir zona de aparcamiento. Y recuerda que debes reservar tu entrada con antelación si quieres ver amanecer.
Un abrazo y espero que para octubre esta situación ya se haya solucionado. 🙂